Si bien la depresión y la tristeza parecen ir de la mano, muchos adultos mayores con depresión afirman no sentirse tristes en absoluto. En cambio, pueden quejarse de poca motivación, falta de energía o problemas físicos. De hecho, las molestias físicas, como el dolor de artritis o el empeoramiento de los dolores de cabeza, son a menudo el síntoma predominante de depresión en ancianos.
Causas de la depresión en adultos mayores
A medida que envejecemos, a menudo nos enfrentamos a cambios importantes en la vida que pueden aumentar el riesgo de depresión. Estos pueden incluir:
Problemas de salud.
La enfermedad y la discapacidad, el dolor crónico o severo, el deterioro cognitivo, el daño a su imagen corporal debido a una cirugía o una enfermedad pueden contribuir a la depresión.
Soledad y aislamiento.
Factores como vivir solo, un círculo social menguante debido a muertes o reubicación, una movilidad reducida debido a una enfermedad o la pérdida de los privilegios de conducir pueden desencadenar la depresión.
Reducción del sentido de propósito.
La jubilación puede traer consigo una pérdida de identidad, estatus, confianza en uno mismo y seguridad financiera y aumentar el riesgo de depresión. Las limitaciones físicas en las actividades que solía disfrutar también pueden afectar su sentido de propósito.
Miedos.
Estos incluyen miedo a morir o estar muriendo, así como ansiedad por problemas financieros, problemas de salud o abuso o negligencia.
Duelos recientes.
La muerte de amigos, familiares y mascotas, o la pérdida de un cónyuge o pareja son causas comunes de depresión en los adultos mayores.
Además, algunas enfermedades físicas y algunos medicamentos pueden por ellos mismos causar depresión.
¿De qué forma los adultos mayores con depresión pueden ayudarse a ellos mismos?
Es un mito pensar que, después de cierta edad, los adultos mayores no pueden aprender nuevas habilidades, probar nuevas actividades o hacer cambios en su estilo de vida. La verdad es que el cerebro humano nunca deja de cambiar, por lo que, como adulto mayor, se es tan capaz como un joven de aprender cosas nuevas y adaptarte a nuevas ideas que pueden ayudarle a recuperarse de la depresión.
Superar la depresión implica encontrar cosas nuevas que disfrute, aprender a adaptarse al cambio, mantenerse activo física y socialmente y sentirse conectado con su comunidad y sus seres queridos.
Por supuesto, cuando se está deprimido tomar medidas y ponerlas en práctica puede ser difícil. A veces, el solo hecho de pensar en las cosas que debe hacer para sentirse mejor puede parecer abrumador, pero los pequeños pasos pueden marcar una gran diferencia en cómo se siente.
¿Cómo ayudar a un adulto mayor con depresión?
La propia naturaleza de la depresión interfiere con la capacidad de una persona para buscar ayuda, lo que agota su energía y merma su autoestima. Para los adultos mayores deprimidos, criados en una época en la que la enfermedad mental estaba muy estigmatizada e incomprendida, puede ser aún más difícil, especialmente si no creen que la depresión sea una enfermedad real, están demasiado avergonzados para pedir ayuda o temen convertirse en una carga para sus familias.
Si sospecha que un adulto mayor al que usted ama puede estar deprimido ofrecerle su apoyo emocional puede marcar la diferencia. Para ello, escúchelo con paciencia y empatía. No es necesario que intente "arreglar" sus problemas pero estar ahí para escucharle suele ser una gran ayuda. No critique los sentimientos expresados, pero señale las realidades y ofrezca esperanza. También puede ayudar al asegurarse de que su ser querido reciba un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado. Ayude a su ser querido a encontrar un buen médico, acompáñelo a las citas y ofrézcale apoyo moral.
¿Cuándo debe buscar ayuda psiquiátrica?
El tratamiento de la depresión es tan eficaz para los adultos mayores como para las personas más jóvenes. Sin embargo, dado que la depresión en los ancianos a menudo es provocada o agravada por una situación de vida difícil o un desafío, cualquier plan de tratamiento también debe abordar ese problema. Si la soledad es la raíz de su depresión, por ejemplo, la medicación por sí sola no curará el problema.
Por ello, el psiquiatra debe evaluar la situación del paciente porque los adultos mayores son más sensibles a los efectos secundarios de los medicamentos y más vulnerables a las interacciones con otros medicamentos que estén tomando.
En algunos casos, la terapia y los cambios saludables en el estilo de vida, como el ejercicio, pueden ser tan efectivos como los antidepresivos para aliviar la depresión, y por eso es indispensable valorar la gravedad del cuadro y el estado funcional del paciente para evitarle riesgos innecesarios.
En general, la terapia funciona bien en la depresión porque aborda las causas subyacentes al problema y no solo los síntomas; sin embargo, la capacidad de un adulto mayor de beneficiarse de la terapia depende en gran medida de su capacidad cognitiva y el psiquiatra es el médico que puede determinarla.
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